Según datos hechos oficiales por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación atmosférica que actualmente sufren muchos países aumenta de manera considerable el riesgo de padecer enfermedades respiratorias agudas, como son la neumonía, cáncer de pulmón o enfermedades cardiovasculares.
Nos afecta tanto al ser humano a corto como a largo plazo, y afecta de mayor manera a los niños, ancianos y personas que sufren alguna enfermedad. No hay que olvidar que el único aire que está contaminado no es el exterior, también el interior puede estar contaminado.
La biomasa o el carbón son muy contaminantes, por lo que las comunidades de vecinos, hogares particulares o empresas que utilicen combustibles para calentar las estancias en invierno, están expuestas a sufrir efectos secundarios.
Los agentes contaminantes que están presentes en el aire son el dióxido de nitrógeno, el ozono troposférico o el dióxido de azufre. La mayoría de estos agentes contaminantes están generados por el tráfico rodado de las grandes ciudades, las calefacciones, la acción de la industria, centrales energéticas que funcionan con carbón o las refinerías.
Las personas que sufran una exposición prolongada a estas partículas contaminantes del aire, les podría ocasionar infartos de miocardio, ictus isquémicos, problemas de corazón, desarrollo de cáncer o alteraciones del sistema inmunológico.
De igual manera, también puede producir problemas dermatológicos, como pueden ser cierto tipo de alergias cutáneas u oculares.
En España se calcula que son casi 20 millones de personas las que respiran a diario aire contaminado, lo que supone casi la mitad de la población. Pero además, existen datos que afirman que este número aumenta cada año.
Si vives en una ciudad con una alta contaminación no olvides tomar las medidas necesarias para prevenir los posibles problemas de salud, tu organismo te lo agradecerá.
